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Nuestro Niño Interior se Hace Visible en Nuestras Conversaciones

«Los niños que no son amados intensamente no saben cómo amarse a sí mismos. Cuando adultos, tienen que aprender a proteger a su propio niño interior perdido» Marcos Woodman

A pesar de ser adultos es posible que llevemos un niño interior herido, tal como lo conté en la CARTA 12  que buscara llamar la atención. A veces aparece y se hace notar en la cotidianeidad. Hoy en esta carta N°16, te cuento dos anécdotas ejemplo donde podrás ver como se hace visible.

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Bienvenidos y bienvenidas a mis Cartas Dominicales: El secreto de la Antigua Madera. En estas cartas te compartiré parte de las reflexiones que me llevaron a descubrir mi verdadero SER y que quizá te resuenen a vos también.

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Era domingo y estábamos almorzando en la galería.

De repente la vecina de enfrente se acerca hacia nosotros atravesando los matorrales.

Hola! Disculpen que interrumpa su almuerzo. Les quería hacer un comentario no muy agradable.- nos dijo con falsa amabilidad.

Resulta que yo vengo los fines de semana y me molesta ver el tender de la ropa en tu balcón, es lo primero q veo. El año pasado falleció mi hija y arme este departamento con mi marido, pero él no quiere venir; así que vengo yo a jugar a las cartas con mis amigas.

Acá todos me miman por eso. Todos me conocen. Tengo una hija que vive acá cerca también.

No quise hacer una queja en la administración, preferí venir personalmente. Ponelo en el lavadero. Vení a ver como lo tengo yo.

Te agradecería que LO SAQUES-.

 

Yo me quedé pasmada.

 

Lo primero que me vino a la cabeza es no tengo lavadero en mi unidad. Después quién era ella para decirme lo q tengo que hacer cuando hay otro vecino que lo pone directamente a la altura de tu observador.

 

Después de que paso el episodio mi cabeza seguía repasando la conversación y descubrí algo que me hizo enojar aún más.

 

A pesar de tener consideración por su situación de persona mayor que yo y su desgracia, me enojo que quisiera manipularme poniéndose en VÍCTIMA. Porque su situación familiar no tenía nada que ver con el tender y si veía o no la ropa. Yo nunca le pregunté quién era.

 

Llegue a la conclusión de que su niña herida necesitaba atención, mimos, gritar:  Acá estoy! Lo estoy pasando mal y necesito que me apachuchen.

 

Cuantas veces nosotros mismos necesitamos que nos apachuchen, cuantas veces necesitamos atención plena.

 

*

 

En alguna de mis cartas, te conté que hasta hace muy poco yo era una niña en el cuerpo de una adulta.

 

También necesitaba atención plena.

 

Un día mi hermano me hizo un comentario sobre algo que jamás me había dado cuenta.

Marian, por qué cuando yo o cualquiera de nosotros mandamos una foto de los chicos al grupo, automáticamente vos mandas una?-

A lo que le respondí, mientras me moría de vergüenza en mi interior (igual ese es tema de otro mail) y además me sentía observada:

-En realidad no pasa por querer tapar lo de ustedes, sino más bien por sentirme habilitada (porque en realidad no suelo compartir muchas fotos en el grupo) pero eso es otra cuestión-

 

Pero después me quede pensando…

 

En el fondo, y muuuuuuuuuy en el fondo, había algo de mi niña herida que NECESITABA ATENCIÓN. Yo fui y soy la mayor. Yo siempre estuve primero y es ella, esa niña de mama y papa, la que estaba pidiendo pista.

 

Por eso, como adulta que soy hoy, le digo a mi niña que para mí ella siempre va a estar primero. Pero es importante respetar el momento del otro. Ya va a haber un momento para ella.

 

Todos llevamos un niño en nuestro interior.

 

Todos lo fuimos alguna vez y cada tanto surge, en nuestra vida de adultos, disfrazado y camuflado intentando sanar su herida.  

 

Y vos? Descubriste en algún momento a tu niña queriendo llamar la atención?

 

Me hace muy feliz que estés aquí! Me encantaría escuchar tus pensamientos. ( leo cada uno de los mails de mis lectores y lectoras y hago lo posible por responderlos a todos)

¡Te espero el próximo domingo!

¡Vos podes reescribir tu vida!

Con cariño

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